Al fondo de una calle sin salida, se alza majestuosa la portada del hospital, una obra que deslumbra con su pródiga decoración, donde se entrelazan con armonía elementos y formas mudéjares junto con aquellos propios del lenguaje gótico final. La hornacina en su centro alberga una pintura que representa la Salutación del Arcángel Gabriel, un recordatorio de la advocación original del establecimiento y un testimonio de su profundo significado histórico y religioso.
Este hospital fue erigido en el año 1438 por la voluntad de Lorenzo II Suárez y María Manuel en lo que antaño fuera la primera residencia señorial en Zafra. Durante su apogeo, fue el hogar de la venerable cofradía de la Santa Caridad, una institución dedicada a la atención y asistencia de los necesitados, cuyo legado perdura en los anales de la historia local.
El edificio que se erige hoy en día, fruto de la época del segundo conde de Feria, es un monumento a la arquitectura de su tiempo. Su estructura se articula en torno a un patio cuadrado de exquisito gusto mudéjar, cuya ala septentrional alberga la majestuosa capilla, un santuario que respira espiritualidad y que ha sido testigo de innumerables plegarias a lo largo de los siglos.